3 de Febrero de 1753 es cuando nace este barrio, la barceloneta. En sus inicios una isla, unida a la logística de la ciudad después de pasar por diferentes estadios topográficos que la llevarían a conectar por tierra finalmente.
Su historia se escribe desde su camaleónica manera de ser utilizada geoestratégicamente. Sus calles son actualmente un ejemplo extremo del avance que tenemos como especie, de la única manera que sabemos crecer.
La necesidad y contexto del país lanzó hacia esta zona concreta de la ciudad una gran cantidad de gentes del sur, buscando porvenir. Esta situación marcó a fuego lo que a día de hoy es una identidad fuerte de sus gentes, los nativos que aún intentan mantener aquella manera de vivir, familiar, peculiar.
Siendo un lugar estratégico siempre ha sido un punto de conflicto social, por su importancia económica, antaño industrial y pesquera, y actualmente por la deriva hacia una única vía de ingresos, la del turismo, y lo efímero que comporta este modelo, modificando así, lustro a lustro, un pilar fundamental de la identidad de la Barceloneta: la esencia de pueblo y comunidad que siempre la diferenció del resto de barrios de la ciudad.
revistas vecinales de los años 90
No solo fue un motor de lo material, de recursos y bienes físicos, también generó refugio y propició la aparición del arte, de espacios y flujos de diferentes artistas dentro de sus calles, locales, y casas.
La unión de la mente con el corazón, consiguieron fusionar el progreso y el arte, la supervivencia y el vivir.
Aquí está la radiografía de su singularidad, de los rasgos principales de su sello único y diferencial.